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“La Extraña sensación de estar en casa” de Javier Aguirre Ortiz
Comentario a libro de poesía publicado por la editorial Nueve Noventa Por Rodolfo De los Reyes Recabarren / Periodista y escritor.
Publicado en Poesía 4 min lectura
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Es importante decir que la editorial curicana Nuevenoventa nos sorprende a menudo con alguna publicación que cada cierto tiempo pública. Ahora es el caso del libro “La Extraña Sensación de estar en Casa” del poeta Javier Aguirre Ortiz quién reside en la ciudad de Temuco, antigua frontera entre la República de Chile y la Nación Mapuche, cosa que ha determinado parte de la poesía de este libro que juega con las lenguas y los dialectos, como parte de la universalidad de la palabra, sobre todo haciendo luz sobre el asunto de ser bilingüe o monolingüe cuando se borra la lengua de los ancestros. Pero más allá de esos tópicos, nos sorprende una poesía precisa, concisa, breve y delicada, donde las palabras son severamente escogidas, no dando pie a las divagaciones ampulosas o los discursos torrenciales. Eso no significa que nuestro poeta sea parco o escueto en la expresión de su poética, sino qué como buen poeta, es exigente con el significado de cada palabra, entendiendo que la poesía representa una fuerte expresión oral, donde el campo semántico amplifica cada palabra, cada verbo, cada oración. Las temáticas que aborda este libro son muchas, y su acercamiento es magistral, pero a mi modesto entender, hay un hilo conductor común que es el desarraigo que se manifiesta en cada momento. La historia del hablante lirico, nutrido con el habitar de varias ciudades, distintas, distantes, lejanas y hasta contrapuestas, generan una sensación de destierro, nostalgia y permanente evocación y a veces búsqueda paralela. Nos encontramos nuevamente en que el fenómeno del espacio-tiempo, condiciona el discurso poético con una suerte de disconformidad por esa situación, pero también se advierte una aguda crítica social al mundo que avizora y del cuál es testigo, como el mundo académico e intelectual, en ese punto es notable el poema “Intelectuales” que dice:

“Intelectuales: Arriba estaban los intelectuales/sopesando/asintiendo/conjeturando sobre la igualdad/sobre la injusticia distributiva/sobre las dolorosas muertes/mientras la señora de la limpieza/agradecida porque levantan los pies/para que pase la mopa/hace como que no comprende lo que dicen…”

Es imposible no ver similitud con “La Canción en Harapos” del cantautor cubano Silvio Rodríguez o bien el poema “Cartita” del malogrado poeta salvadoreño Roque Dalton. Esa sutil ironía le otorga a este texto una universalidad enorme a pesar de que muchos de sus motivos nos llevan a lo profundo de la selva fría umbría del sur de Chile. En esa línea las alusiones a Pablo Neruda y su admiración por el bosque y la naturaleza, son reiteradas. La alusión a las lluvias nerudianas y sus réplicas en Bilbao del país Vasco o bien, el bosque chileno cuya exuberancia llevó a nuestro Nobel a decir “Quien no conoce el bosque chileno no conoce este planeta”, sentencia que lamentablemente ha quedado en la poesía, dado la voracidad y codicia insaciable del ser humano y su modelo de desarrollo social, así el poema “Que se hicieron”, es un alegato doloroso a la desaparición de esos bosques, a la modificación violenta del paisaje, a la depredación del hombre blanco, dado que hay una corrección al “Bosque chileno” de Neruda por el “Bosque Mapuche”, rematando con “Ahora es la oda a la erosión en la provincia de Malleco”; sin duda que nuestro poeta, se siente un profundo habitante de dicha zona, sintiendo la misma herida de muchos, por esa destrucción de la naturaleza, que además son símbolos universales de nuestros pueblos y también de la poesía. A pesar de la pesadumbre por el “ecocidio” y “Etnocidio”, hay esperanza, una esperanza en que el mundo de plástico, hierro, cemento y vidrio no será eterno sobre ese universo de ríos, bosques y volcanes, en el poema “No prevalecerán” augura el triunfo de la naturaleza sobre las ciudades, el bosque por sobre los edificios, es tal vez la utopía de otro mundo aún no visible aún.
Finalmente se debe agradecer a Nuevenoventa por la publicación de la obra de este notable poeta, que trabaja las palabras como un orfebre y pone la poesía en alto sitial. Sobre todo teniendo en cuenta que ese hogar, esa casa de la cual habla, es un sentimiento universal que con las letras logra construir.

Rodolfo De los Reyes Recabarren
Periodista y escritor.


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